terça-feira, junho 09, 2009

O oráculo de JJ Moralejo

Epístola de Leire Pajín a los feligreses de Babia, capítulo I, versículo 1: «Hermanos y hermanas: Os sugiero que estéis atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos liderazgos progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en Estados Unidos y la presidencia de Zapatero en la Unión Europea en tan solo unos meses».
La repajinera y repajolera epístola venía ya felizmente precedida meses atrás por la de José Blanco a los parroquianos de Las Batuecas, también capítulo I, versículo 1: «Hermanos y hermanas: me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección del
Partido Demócrata». Y no hay duda de que esa abstención militante de nuestro paisano pudo haber contribuido, y mucho, al triunfo de Obama, compareciente ante sus electores sin nada que explicar o disculpar...
Aquella estrella que vieron Melchor, Gaspar y Baltasar, aquellas grandes señales con que se anunció que nacía el moro Abenámar, el Nostradamus completo y encuadernado en pasta, la zarza que ardía y no se consumía, el Faraón soñándose vacas gordas y vacas flacas y José poniéndoselas claras, la trompetería toda del Apocalipsis, la sección de pronósticos del Zaragozano y de O Gaiteiro de Lugo y todo cuanto se quiera añadir de presagios, profecías y mánticas varias se nos quedaría corto para anunciar el inminente acontecimiento histórico que, si Pajín no se me cela, yo elevaría al rango de acontecimiento galáctico, cósmico... al nivel, por ejemplo, del aerolitazo que dicen que clausuró el Parque Jurásico.
Pero, claro está, el aerolitazo fue una macrocatástrofe, mientras que la conjunción del astro Obama con el astro ZP puede ser un segundo Bing-Bang en el que Obama pondrá el Bing y ZP pondrá el Bang, todo fifty-fifty, para inaugurar milenios de beatitud cósmica, con la constelación de Bush-Aznar por fin reducida a agujero negro, negrísimo, y con Leire Pajín ascendida a nueva Estrella Polar, guía y alivio, puerto y seguro de caminantes, navegantes, militantes, votantes... El palabro para ese ascenso tan guay es catasterizada, que, si os suena borde, peor os sonará si os digo en román paladino que doña Leire acaba estrellada. En cambio, si os la catasterizo, os la pongo a la par con nada menos que Andrómeda, Orión, Pegaso...
En fin, hermanos y hermanas, felicitémonos los unos a los otros y a las otras y las otras a las unas y a los otros, y con la mirada espetada en el horizonte estemos atentos a no perdernos la conjunción inminente de estos dos astros, Barack y José Luis.

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