El parapentista ourensano Aser G.L., de 50 años,
se estrelló el domingo 16 en el lado portugués de la raia seca, a 400
metros de la frontera, sin saber que viviría para contar una odisea de
500 kilómetros de traslados en ambulancias medicalizadas por 5 centros
sanitarios de ambos países, incluidos Chaves, Vila Real, Vilanova de
Gaia (cerca de Oporto), y los hospitales Meixoeiro y Xeral-Cíes de Vigo.
Tardó diez días en llegar al complejo CHOU de su ciudad, situado a solo
60 kilómetros del accidente, donde finalmente quedó ingresado por sus
lesiones.
La familia culpa a la burocracia que convirtió
una emergencia sanitaria en una pesadilla de papeleos y permisos.
Primero, porque el helicóptero del 112 no tenía permiso para aterrizar
en la sierra portuguesa de Montalegre, a escasos kilómetros de Baltar,
después porque el médico de urgencias de Verín no se atrevía a admitir
al herido grave porque el papeleo le iba a llevar horas. Tras pasar por
varios complejos hospitalarios portugueses fue operado de una dolencia
cardíaca en Oporto y derivado el día 19 al hospital del Meixoeiro, en
Vigo, que no lo admitió porque consideró que el Xeral-Cíes era el centro
que le correspondía para ser tratado de sus politraumatismos. Su
calvario no terminó ahí, porque en el Xeral, los médicos se dieron
cuenta de que al ser ourensano, el área sanitaria que le correspondía
era el CHOU de Ourense, y ordenaron su traslado el día 26 al hospital
situado irónicamente a solo 60 kilómetros del lugar del accidente.
Fuentes del Sergas no se explican a qué se debe
tanta polémica. El servicio sanitario gallego se desentienden del
peregrinaje del lesionado por hospitales de Portugal, algo lógico pues
el herido cayó en suelo luso, y solo responde de la atención que le
brindaron en Vigo y que, según dicen medios sanitarios, fue impecable.
Según dicen, el jefe del servicio del Meixoeiro valoró al paciente que
llegó de Portugal y se dio cuenta de que podría necesitar cuidados
torácicos y, por eso, lo desviaron al hospital Xeral-Cíes, que es un
sitio de referencia. Allí estuvo una semana y cuando lo estabilizaron le
dieron el alta a Ourense, por ser su centro por domicilio. El Sergas
cree que todo esto ha ocurrido por un cúmulo de cosas y lamenta las
peripecias del lesionado pero insiste en que la atención sanitaria que
recibió fue impecable.
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